VIOLENCIA O ARMONÍA

 

Tanto la violencia como la armonía forman parte del hombre. Ninguna de ellas puede existir sin la otra, por lo que jamás podremos erradicar o anular ninguna de ellas de la naturaleza humana, ambas deben coexistir, ya que las dos son necesarias para guardar el equilibrio natural.

Lo que debemos hacer es aprender a utilizarlas para nuestra mejor convivencia, ya que las dos forman parte de la misma moneda, de la ley de la polaridad, y hay momentos en que se puede necesitar la violencia para poder alcanzar un estado armónico, por ejemplo en un caso de defensa, siempre que el contrario se halle demasiado ofuscado para poder apreciar una respuesta armónica.

La fuente de la violencia es el odio, la de la armonía es su contrario, el amor.

El vínculo para alcanzar una u otra es el deseo.

Tanto la violencia como la armonía se basan en satisfacer el deseo. En  el caso de la armonía el deseo está basado en el amor y en el de la violencia en el desamor.

Si buscamos sinónimos y sub-sinónimos de violencia- desamor  y armonía-amor obtendremos estos resultados:

Violencia: terrorismo, crimen, intimidación, terror, pasión, fanatismo, ímpetu, viveza, etc.: amenaza, represalia, chantaje, culpa, infracción, transgresión violación, quebrantamiento, falta, abuso, amenaza, reto, provocación, miedo, susto, desafío, ardor, apasionamiento, etc.

oDesamor: Desafecto, rencor, tirria, odio, antipatía, animadversión, aversión, enemistad, malquerencia: aborrecimiento, resentimiento, antipatía, inquina, hostilidad, enemistad, antipatía, tirria, ojeriza, repulsión, etc.

Armonía: conformidad, acuerdo, concordia, avenencia, unión, arreglo, amistad, fraternidad: Aquiescencia, anuencia, aprobación, consentimiento, beneplácito, adhesión, pacto, convenio, alianza, asenso, venia, alianza, asociación, liga, afecto, apego, unión, paz, etc.

oAmor: cariño, afecto, pasión, apego, ternura, adhesión, amistad, simpatía: servilismo, lealtad, cordialidad, deferencia, fidelidad, inclinación, devoción, cariño, etc.

Tras esta exposición de sinónimos podremos observar que hemos hallado un punto de concordancia entre violencia y amor: pasión.

Si continuamos buscando sinónimos de pasión (ardor, entusiasmo, efusión, calor, ímpetu, fogosidad, apasionamiento, exaltación, etc.), hallaremos que las palabras, ímpetu, fogosidad, apasionamiento, exaltación tienen concordancias entre ellas y sinónimos de violencia.

Finalmente, observaremos que el sinónimo de pasión, ímpetu (arrebato, impulso, arranque, furia violencia, frenesí, furor, rabia, etc.), es a su vez sinónimo de violencia, por lo que podremos concluir que lo que provoca la violencia es la pasión y lo que la hace efectiva es el ímpetu.

Visto esto, opino, que si podemos controlar nuestro ímpetu (respuesta del cuerpo emocional que incide directamente en nuestro EGO), lograremos también controlar la violencia que deriva de la pasión. ¿Y cómo se puede controlar esta violencia? La respuesta será en la educación que debe recibir el individuo desde su niñez, que hará que podamos controlar nuestras emociones .

Volviendo al inicio de este escrito podremos observar que, a parte de la violencia generada por la pasión, tenemos la violencia que deriva del deseo. Ésta se genera en nuestro cuerpo mental por lo que será nuestra mente quien pueda controlarla mediante los valores recibidos desde nuestra infancia que serán los que realmente hagan que el deseo no se desequilibre a favor de la violencia.

La palabra clave es control. El control emocional y mental es lo que nos diferencia del resto de las especies que habitan en nuestro planeta. Sin este control no podríamos evolucionar como individuos, ya que este control es el que impide que el cuerpo físico haga realidad el hecho violento.

El cuerpo emocional es el gestor de la pasión que provoca que a su vez el cuerpo mental genere pensamientos derivados de la violencia, por lo que si podemos controlar a nuestra mente, controlaremos a nuestro cuerpo emocional y viceversa, ya que mediante nuestra mente podremos equilibrar nuestra emociones. Sin emociones seríamos máquinas, son las que nos impulsan a emprender logros impensables pero también las que nos pueden dejar sumergidos en un profundo pozo oscuro lleno de incertidumbres que malogren totalmente nuestra existencia, ya que si una mente que las controle, éstas actúan como un caballo desbocado.

Muchos podrán pensar que, si la clave se halla en el control, el libre albedrío (voluntad, arbitrio, capricho, gusto, potestad, deseo) del ser humano quedará afectado. Todo lo contrario, ya que la potestad de aplicar dicho control solo estará en la voluntad del ser humano y precisamente es lo que está ocurriendo en la actualidad. Prácticamente el individuo ya no controla su deseo, sinónimo de albedrío, éste se halla controlado solo por sus emociones por lo que dejará de ser libre…Parece una incongruencia, que para alcanzar el verdadero libre albedrío haya que dejar a la mente equilibrar y controlar las emociones, en eso se basa la voluntad que otorga el libre albedrío de poder decantar la balanza hacia un lado u otro, hacia la violencia o hacia la armonía.

Concluyendo: Solo está en nuestras manos, en nosotros mismos, el conseguir que la violencia cese en su hegemonía y que la armonía que entre en nosotros adquiera relevancia.

Querer es poder…..

Gisèle Corboud, 20 de septiembre de 2010